SIETE SECRETOS PARA TRIUNFAR
Siete secretos para triunfar
Me encontré dentro de la bibliografía familiar algunos
ejemplares antiguos de la revista selecciones, leyendo algunos, me encontré con
un interesante artículo escrito por: Morton Hunt del año de 1982 y que creo es
positivo para su aplicación sin importar el tiempo.
¿A qué se debe que algunos logran mucho éxito? ¿a la suerte?, ¿al talento?, ¿al trabajo
tesonero?
Todo esto ayuda, claro está, pero en cierta actividad humana los
triunfadores tienen en común ciertas aptitudes mentales y hábitos que
cualquiera puede aprender.
Dos de mis condiscípulos de la
universidad anhelaban hacer carrera en el ámbito editorial ambos eran talentosos,
agradables y ambiciosos. Sin embargo, Roger dirige hoy una multimillonaria
editorial de libros, mientras que Jack, tiene un oscuro empleo en la
publicación de guías telefónicas comerciales, con un sueldo Modesto.
¿Porque uno de ellos llegó mucho
más arriba que el otro? Sin duda no se debió a la suerte, a las relaciones
sociales ni al trabajo tesonero, sino a que Roger es un triunfador de óptimo
rendimiento, y Jack en cambio no.
Charles Garfield catedrático de
la facultad de medicina de la Universidad de California en San Francisco, y
director de su propio instituto de investigaciones: el Centro de Estudios para
el Rendimiento Óptimo, ha estudiado a 1500 personas de éxito sobresaliente en
casi todas las actividades humanas. Descubrió que tienen en común ciertos
rasgos de personalidad, los cuales no son innatos, sino que cualquiera los
puede aprender.
Ello no significa que todo el
mundo pueda llegar a ser presidente de una empresa a ganar una medalla en las
olimpiadas. Lo que si quiere decir es que todos podemos aprender a obtener
mayor provecho de nuestras dotes naturales.
A continuación, con base en los
estudios de Garfield se describen los siete pasos que puedan conducir al
triunfo mediante el rendimiento óptimo:
1 Llevar una vida plena.
Se nos ha dicho que los grandes triunfadores tienen sin
excepción, una personalidad de “Tipo A”: que son personas tesoneras y obsesionadas que
se llevan trabajo a casa y no cejan sino para dormir. Pero en opinión de
Garfield Esto no es verdad.
“Tales personas tienden a alcanzar pronto el punto máximo de
su rendimiento”, explica, “para luego declinar o no pasar de cierto nivel. Se
vuelven maniáticos del trabajo por sí mismo y se interesan mucho menos por los
resultados”.
En contraste, los verdaderos triunfadores están dispuestos a
trabajar con tesón…. pero dentro de límites estrictos: para ellos, el trabajo
no lo es todo. Cuando Garfield entrevistó a los altos funcionarios de diez
empresas importantes, comprobó qué sabían
relajarse, que podían dejar el trabajo en la oficina, estimaban a sus amigos,
apreciaban la vida en familia y ocupaban una parte saludable del tiempo para
estar la amena compañía de sus hijos o en la de sus más cercanas amistades.
2 Elegir una carrera que nos interese mucho.
Aunque en realidad deseaba dedicarse a publicar libros para
niños, mi ex condiscípulo Jack optó por dar a la estampa guías telefónicas
comerciales, pues consideró que así tendría mayores oportunidades de lucro.
Durante treinta años hubo de arrancarse materialmente de la cama cada mañana de
los cinco días laborables, para ir a trabajar en algo que en realidad no le agrada….
Y que nunca le ha dado las ganancias esperadas. Si Jack se hubiera consagrado a
lo que en verdad le gustaba, habría ganado más dinero, o acaso no; pero habría
sido un ser humano más dichoso y satisfecho.
Los datos de Garfield demuestran que los triunfadores eligen
el trabajo que deberás prefieren, y dedican dos terceras partes de la jornada
laboral hacer lo que les agrada, y el resto, a tareas consideradas
desagradables. Lo que anhelan es la satisfacción interior; No Meras recompensas
exteriores, tales como aumentos de sueldo ascensos y poder. A la postre, por
supuesto es frecuente que obtengan ambas retribuciones. Cómo gozan con su
actividad, trabajan mejor y obtienen mayores recompensas.
3 Ensayar Mentalmente
toda Tarea Difícil.
Antes de enfrentarse a un acto
difícil o importante una reunión del consejo directivo, una presentación en
público o un partido final de tenis, la mayoría de los triunfadores cimeros
repasa mentalmente, una y otra vez la actuación deseada. El famoso jugador de
golf Jack Nicklaus, por ejemplo, jamás hace un tiro sin antes imaginar el
movimiento preciso de su swing, la trayectoria de la pelota en el aire, el
sitio en que caerá.
Casi todos soñamos un estado de
vigilia con sucesos futuros importantes para nosotros. Pero la fantasía estéril
no es igual a un ensayo mental deliberado, que afina las destrezas reales
aplicables a la actividad. En china, un pianista que estuvo en la cárcel siete
años, durante la Revolución Cultural, tocó mejor que nunca poco después de
recobrar la libertad. Lo explicó así; todos los días practicada mentalmente.
4 Buscar Resultados; no
la Perfección.
Muchas personas esforzadas y
emprendedoras se obsesionan a tal grado con la perfección, que rinden muy poco.
Una Profesora conocida se pasó diez años en la preparación de un estudio sobre
cierto dramaturgo. Acuciada por el temor de que algo se le escapara, no se
decidía a enviar el original a un editor. Mientras, el dramaturgo que estaba en
la cima de la fama el momento de empezar ella el proyecto, perdió popularidad.
El estudio de la Profesora, aun si llega a publicarse, interesara a muy pocos.
Cuando un psiquiatra estudio a los
69 mejor vendedores de una importante compañía aseguradora; descubrió que
quienes presentaban tendencias perfeccionistas ganaban anualmente entre 8,000 y
10,000,00 dólares menos que los demás, lo cual no asombra a Garfield, pues se
ha observado que los triunfadores de rendimiento óptimo casi siempre eluden la
compulsión a ser perfectos. “No consideran sus errores como fracasos”, subraya;
más bien, sacan de ellos una lección para actuar mejor la siguiente vez”.
5 Estar Dispuestos a Arriesgarnos.
La mayoría de las personas se
estancan en lo que Garfield llama “la zona cómoda”. Para no correr
riesgos, se instalan en una seguridad mediocre y tediosa. Conozco a una soprano
de opera que posee una voz esplendida y es magnífica actriz, pero solo ha actuado
en papeles secundarios. “No quiero tener la responsabilidad de un
papel importante” declara, “ni que toda la función dependa de mí y el público esté
atento a cada nota”.
Esta mujer y existen muchas
personas como ella, no es un cobarde necesariamente. Lo que pasa es que no se
ha esforzado en imaginar lo que sucedería si fracasara. Los que alcanzan el
éxito, al contrario, son capaces de arriesgarse, porque meditan con
detenimiento y en detalle en cómo se adaptarían, como salvarían la situación
si, en realidad, llegaran a fracasar.
“Imaginar lo peor”, como Garfield
lo llama, permitir elegir en forma razonable. Si deja usted que el temor lo
inmovilice, no tendrá ninguna posibilidad de elegir.
6. No Subestimar Nuestra Capacidad.
Muchos creemos conocer nuestros
propios límites. Pero gran parte de lo que “sabemos” no es conocimiento exacto,
sino mera creencia.. errónea y limitante creencia.
“Y las creencias auto limitantes”,
añade Garfield, “constituyen el mayor obstáculo para el éxito”.
Muchos años se “supo” que era
“imposible” correr una milla (1,600 m) en menos de cuatro minutos. Luego , en
1954, Roger Bannister rompió la barrera de los cuatro minutos. Al cabo de dos
años, otros diez atletas lo habían logrado.
Esto no significa que no haya límites
a la rapidez con que el hombre pueda correr, al peso que sea capaz de levantar
o la excelencia con que desempeñe ciertas tareas. Lo importante es esto: rara
vez sabemos a ciencia cierta cuales son tales límites. Por lo consiguiente, muchísimos
de nosotros solemos imponernos limites que están muy por debajo de nuestra
verdadera capacidad.
En cambio, los triunfadores están
mejor preparados para desdeñar las barreras artificiales. Prefieren
concentrarse en sí mismos en sus sentimientos, en su modo de actuar, en el
ímpetu de su esfuerzo y por ello están más libres para logar lo máximo.
7 Competir Con Uno Mismo;
No Con Los Demás.
A los verdaderos triunfadores les
interesa más superarse a sí mismos que derrotar a sus contrincantes. En
realidad, preocuparse por la capacidad y por la posible superioridad de un
competidor basta, a menudo, para derrotarse a sí mismo.
Como la mayoría de los
triunfadores de óptimo rendimiento están interesados en realizar el mejor
trabajo, según sus propias normas, tienden a trabajar en equipo, más que a la
tarea solitaria. Reconocen que algunos problemas complejos los resuelve mejor
el grupo, que no el individuo y, por tanto, dejan que otros hagan parte del
trabajo. Los solitarios, que suelen preocuparse en demasía por los contrincantes,
no delegan las tareas o la toma de decisiones de cierta importancia. Su
rendimiento se estanca, al tener que hacerlo todo por si mismos.
Tales son las cualidades de los
triunfadores que llegan a la cumbre. Si quiere el lector obtener mayor provecho
de sus aptitudes estar a la altura de su propia capacidad, aprenda a
utilizarlas. Como explica Garfield “no estoy diciendo esfuércese más, ni ¿por
qué no mejora?, lo que afirmo es que el lector posee la capacidad de cambiar algunos de
sus hábitos mentales y de adquirir ciertas aptitudes. Y , si se decide
a hacerlo, puede mejorar su rendimiento en su productividad y hasta su vida
misma, en todos aspectos”.
Espero que pongan en práctica
esta breve recopilación que, algo de bueno ha de tener puesto que fue publicada
en la revista con mayor difusión a nivel mundial.
Les envío Cordiales Saludos.
Gilberto Peña Cruz.
Tags : secretos para triunfar siete secretos
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