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martes, 21 de noviembre de 2017

SIETE SECRETOS PARA TRIUNFAR








Siete secretos para triunfar

Me encontré dentro de la bibliografía familiar algunos ejemplares antiguos de la revista selecciones, leyendo algunos, me encontré con un interesante artículo escrito por: Morton Hunt del año de 1982 y que creo es positivo para su aplicación sin importar el tiempo.

¿A qué se debe que algunos logran mucho éxito?  ¿a la suerte?, ¿al talento?, ¿al trabajo tesonero?
Todo esto ayuda, claro está, pero en cierta actividad humana los triunfadores tienen en común ciertas aptitudes mentales y hábitos que cualquiera puede aprender.

Dos de mis condiscípulos de la universidad anhelaban hacer carrera en el ámbito editorial ambos eran talentosos, agradables y ambiciosos. Sin embargo, Roger dirige hoy una multimillonaria editorial de libros, mientras que Jack, tiene un oscuro empleo en la publicación de guías telefónicas comerciales, con un sueldo Modesto.
¿Porque uno de ellos llegó mucho más arriba que el otro? Sin duda no se debió a la suerte, a las relaciones sociales ni al trabajo tesonero, sino a que Roger es un triunfador de óptimo rendimiento, y Jack en cambio no.
Charles Garfield catedrático de la facultad de medicina de la Universidad de California en San Francisco, y director de su propio instituto de investigaciones: el Centro de Estudios para el Rendimiento Óptimo, ha estudiado a 1500 personas de éxito sobresaliente en casi todas las actividades humanas. Descubrió que tienen en común ciertos rasgos de personalidad, los cuales no son innatos, sino que cualquiera los puede aprender.
Ello no significa que todo el mundo pueda llegar a ser presidente de una empresa a ganar una medalla en las olimpiadas. Lo que si quiere decir es que todos podemos aprender a obtener mayor provecho de nuestras dotes naturales.
A continuación, con base en los estudios de Garfield se describen los siete pasos que puedan conducir al triunfo mediante el rendimiento óptimo:

1 Llevar una vida plena.
Se nos ha dicho que los grandes triunfadores tienen sin excepción, una personalidad de “Tipo A”:  que son personas tesoneras y obsesionadas que se llevan trabajo a casa y no cejan sino para dormir. Pero en opinión de Garfield Esto no es verdad.
“Tales personas tienden a alcanzar pronto el punto máximo de su rendimiento”, explica, “para luego declinar o no pasar de cierto nivel. Se vuelven maniáticos del trabajo por sí mismo y se interesan mucho menos por los resultados”.
En contraste, los verdaderos triunfadores están dispuestos a trabajar con tesón…. pero dentro de límites estrictos: para ellos, el trabajo no lo es todo. Cuando Garfield entrevistó a los altos funcionarios de diez empresas importantes, comprobó qué sabían relajarse, que podían dejar el trabajo en la oficina, estimaban a sus amigos, apreciaban la vida en familia y ocupaban una parte saludable del tiempo para estar la amena compañía de sus hijos o en la de sus más cercanas amistades.
2 Elegir una carrera que nos interese mucho.
Aunque en realidad deseaba dedicarse a publicar libros para niños, mi ex condiscípulo Jack optó por dar a la estampa guías telefónicas comerciales, pues consideró que así tendría mayores oportunidades de lucro. Durante treinta años hubo de arrancarse materialmente de la cama cada mañana de los cinco días laborables, para ir a trabajar en algo que en realidad no le agrada…. Y que nunca le ha dado las ganancias esperadas. Si Jack se hubiera consagrado a lo que en verdad le gustaba, habría ganado más dinero, o acaso no; pero habría sido un ser humano más dichoso y satisfecho.
Los datos de Garfield demuestran que los triunfadores eligen el trabajo que deberás prefieren, y dedican dos terceras partes de la jornada laboral hacer lo que les agrada, y el resto, a tareas consideradas desagradables. Lo que anhelan es la satisfacción interior; No Meras recompensas exteriores, tales como aumentos de sueldo ascensos y poder. A la postre, por supuesto es frecuente que obtengan ambas retribuciones. Cómo gozan con su actividad, trabajan mejor y obtienen mayores recompensas.

3          Ensayar Mentalmente toda Tarea Difícil.
Antes de enfrentarse a un acto difícil o importante una reunión del consejo directivo, una presentación en público o un partido final de tenis, la mayoría de los triunfadores cimeros repasa mentalmente, una y otra vez la actuación deseada. El famoso jugador de golf Jack Nicklaus, por ejemplo, jamás hace un tiro sin antes imaginar el movimiento preciso de su swing, la trayectoria de la pelota en el aire, el sitio en que caerá.
Casi todos soñamos un estado de vigilia con sucesos futuros importantes para nosotros. Pero la fantasía estéril no es igual a un ensayo mental deliberado, que afina las destrezas reales aplicables a la actividad. En china, un pianista que estuvo en la cárcel siete años, durante la Revolución Cultural, tocó mejor que nunca poco después de recobrar la libertad. Lo explicó así; todos los días practicada mentalmente.
4          Buscar Resultados; no la Perfección.
Muchas personas esforzadas y emprendedoras se obsesionan a tal grado con la perfección, que rinden muy poco. Una Profesora conocida se pasó diez años en la preparación de un estudio sobre cierto dramaturgo. Acuciada por el temor de que algo se le escapara, no se decidía a enviar el original a un editor. Mientras, el dramaturgo que estaba en la cima de la fama el momento de empezar ella el proyecto, perdió popularidad. El estudio de la Profesora, aun si llega a publicarse, interesara a muy pocos.
Cuando un psiquiatra estudio a los 69 mejor vendedores de una importante compañía aseguradora; descubrió que quienes presentaban tendencias perfeccionistas ganaban anualmente entre 8,000 y 10,000,00 dólares menos que los demás, lo cual no asombra a Garfield, pues se ha observado que los triunfadores de rendimiento óptimo casi siempre eluden la compulsión a ser perfectos. “No consideran sus errores como fracasos”, subraya; más bien, sacan de ellos una lección para actuar mejor la siguiente vez”.
5          Estar Dispuestos a Arriesgarnos.
La mayoría de las personas se estancan en lo que Garfield llama “la zona cómoda”. Para no correr riesgos, se instalan en una seguridad mediocre y tediosa. Conozco a una soprano de opera que posee una voz esplendida y es magnífica actriz, pero solo ha actuado en papeles secundarios. “No quiero tener la responsabilidad de un papel importante” declara, “ni que toda la función dependa de mí y el público esté atento a cada nota”.
Esta mujer y existen muchas personas como ella, no es un cobarde necesariamente. Lo que pasa es que no se ha esforzado en imaginar lo que sucedería si fracasara. Los que alcanzan el éxito, al contrario, son capaces de arriesgarse, porque meditan con detenimiento y en detalle en cómo se adaptarían, como salvarían la situación si, en realidad, llegaran a fracasar.
“Imaginar lo peor”, como Garfield lo llama, permitir elegir en forma razonable. Si deja usted que el temor lo inmovilice, no tendrá ninguna posibilidad de elegir.
6.         No Subestimar Nuestra Capacidad.
Muchos creemos conocer nuestros propios límites. Pero gran parte de lo que “sabemos” no es conocimiento exacto, sino mera creencia.. errónea y limitante creencia.
“Y las creencias auto limitantes”, añade Garfield, “constituyen el mayor obstáculo para el éxito”.
Muchos años se “supo” que era “imposible” correr una milla (1,600 m) en menos de cuatro minutos. Luego , en 1954, Roger Bannister rompió la barrera de los cuatro minutos. Al cabo de dos años, otros diez atletas lo habían logrado. 
Esto no significa que no haya límites a la rapidez con que el hombre pueda correr, al peso que sea capaz de levantar o la excelencia con que desempeñe ciertas tareas. Lo importante es esto: rara vez sabemos a ciencia cierta cuales son tales límites. Por lo consiguiente, muchísimos de nosotros solemos imponernos limites que están muy por debajo de nuestra verdadera capacidad.
En cambio, los triunfadores están mejor preparados para desdeñar las barreras artificiales. Prefieren concentrarse en sí mismos en sus sentimientos, en su modo de actuar, en el ímpetu de su esfuerzo y por ello están más libres para logar lo máximo.
7          Competir Con Uno Mismo; No Con Los Demás.
A los verdaderos triunfadores les interesa más superarse a sí mismos que derrotar a sus contrincantes. En realidad, preocuparse por la capacidad y por la posible superioridad de un competidor basta, a menudo, para derrotarse a sí mismo.
Como la mayoría de los triunfadores de óptimo rendimiento están interesados en realizar el mejor trabajo, según sus propias normas, tienden a trabajar en equipo, más que a la tarea solitaria. Reconocen que algunos problemas complejos los resuelve mejor el grupo, que no el individuo y, por tanto, dejan que otros hagan parte del trabajo. Los solitarios, que suelen preocuparse en demasía por los contrincantes, no delegan las tareas o la toma de decisiones de cierta importancia. Su rendimiento se estanca, al tener que hacerlo todo por si mismos.
Tales son las cualidades de los triunfadores que llegan a la cumbre. Si quiere el lector obtener mayor provecho de sus aptitudes estar a la altura de su propia capacidad, aprenda a utilizarlas. Como explica Garfield “no estoy diciendo esfuércese más, ni ¿por qué no mejora?, lo que afirmo es que el lector posee la capacidad de cambiar algunos de sus hábitos mentales y de adquirir ciertas aptitudes. Y , si se decide a hacerlo, puede mejorar su rendimiento en su productividad y hasta su vida misma, en todos aspectos”.     

Espero que pongan en práctica esta breve recopilación que, algo de bueno ha de tener puesto que fue publicada en la revista con mayor difusión a nivel mundial.


Les envío Cordiales Saludos.
Gilberto Peña Cruz.


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